Ambos tipos de fútbol se diferencian en numerosos aspectos y coinciden en otros, pero en este artículo nos centraremos en lo físico. ¿En cuál se corre más? ¿Cuál es más intenso? ¿Cuál es más desafiante físicamente? Toda la información se puede obtener gracias a la tecnología GPS, y nosotros hoy vamos a analizar cada detalle.
Primero que todo, si no sabes muy bien qué es el Fútbol Sala o Futsal, te recomendamos leer este artículo. Si ya conoces algo sobre el futsal, comencemos a desglosar los detalles físicos de ambos deportes y, sobre todo, a realizar comparaciones.
Para poder realizar un análisis objetivo, haremos uso de la tecnología GPS de OLIVER y compararemos en detalle las métricas claves entre ambos tipos de fútbol. Para poder descubrir las diferencias físicas y atléticas entre futsal y fútbol 11 no basta sólo con analizar la distancia recorrida. Aprovechando las ventajas del Big Data, pondremos bajo la lupa otros aspectos para entender mejor cómo funciona cada disciplina.
Adentrándonos en la distancia recorrida, el fútbol 11 saca una clara ventaja. Las principales razones son las dimensiones del campo de juego y el tiempo de duración de los partidos. Ambas variables dan como resultado que los jugadores de fútbol 11 corren entre 8 y 12 kilómetros por partido, mientras que en fútbol sala se corren 3.5 kilómetros en promedio, aunque hay jugadores que pueden llegar a los 6000 metros en un partido.
Aquí también debemos situar en contexto donde, por las dimensiones de la cancha, las velocidades máximas son más altas en fútbol 11 (un jugador necesita aproximadamente 40 metros en línea recta para poder alcanzarla). Las velocidades máximas de un jugador de fútbol 11, según los datos provistos por OLIVER, suelen estar entre los 31 y 35 km/h y los de futsal entre los 26 y 27 km/h.
Por otra parte, un pilar muy importante del Fútbol Sala es la intensidad. El futsal trae consigo más transiciones, por lo que los futbolistas tienen mucha más interacción con el balón. Esto sucede debido a, por ejemplo, el tamaño del campo de juego. Al ser más pequeño, cada jugador interactúa con el balón más seguido.
Un claro ejemplo de esto son los golpes de balón: un jugador de fútbol 11 en la 1° RFEF hace en promedio 15 golpes (con picos de 30 o 45), y un jugador de Primera División de Fútbol Sala hace en promedio 30 (con picos de 60 o 65). Es por esta razón que tiene sentido en el futsal los cambios ilimitados, debido a que mantener tal intensidad durante todo el partido es sumamente difícil.
Así como también sucede con el fútbol femenino, el futsal muchas veces no consigue la misma atención que el fútbol masculino. Algunos ejemplos son la profesionalización, la inversión, las remuneraciones y también la tecnología. Si bien la brecha cada vez es menor y el futsal crece cada vez más en España y el mundo, es innegable que queda mucho camino por recorrer.
Los buenos resultados de las selecciones nacionales y el acercamiento del deporte a las personas a través de las redes sociales y televisación, hacen que el futsal cobre cada vez más relevancia en la agenda de los fanáticos del deporte. Además, tecnologías como OLIVER, que son 100% adaptables al fútbol sala, ayudan a que todos los sectores del fútbol puedan acceder a tecnología de élite, algo que hasta hace pocos años era exclusivo del fútbol masculino de primer nivel.
Sin dudas es una respuesta que cada uno debe responder por sí mismo. Así como el futsal tiene más jugadas preparadas y gambetas “en una baldosa”, el fútbol convencional trae consigo otro tipo de magia, convirtiéndose en el deporte más practicado a lo largo y ancho del mundo.
Cada uno tendrá su decisión y disfrutará más de uno que de otro, pero ambas disciplinas tienen en común que logran enamorar cada fin de semana a cientos de miles de jugadores y fans, que se acercan sin falta a los estadios para presenciar, con lujo de detalles, espectáculos que muchas veces son inolvidables.
Conoce más sobre OLIVER y cómo puedes medir tus métricas y la de tu equipo.